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¿Cómo anzuelar mejillones?

manuel monteiro pesca del sargo Mar 04, 2020

El mejillón ( Mytilus edulis o Mytilus galloprovincialis ) es un molusco bivalvo del orden Mytiloida. Es un molusco bivalvo que vive formando comunidades numerosas y colonizando grandes zonas de roca a las que se adhieren mediante los filamentos del biso que se encuentran en su pie. Vive a poca profundidad en la zona de mareas, preferiblemente en zonas muy batidas con mucha materia orgánica en suspensión .

 

Excelente Cebo

 

Es un cebo excelente para los peces marisqueros, también es un cebo muy barato que funciona muy bien tanto para el sargo como para la dorada.

 

¿Cómo anzuelar mejillones?

 

En este video muestro cómo me gusta anzuelar el mejillón.

 

  • Utilizo un cuchillo de punta redonda para abrirlo, y con él abro la cáscara, ¡
    entonces nada más fácil!
  • Cuelgo la carne del mejillón en el anzuelo, paso con la línea elástica de amarre y está listo.

 


Un cebo hermoso y suculento, que le encanta a los sargos y no encuentra extraño, porque es uno de sus alimentos principales.

 

Hidrata el mejillón

 

Si es posible, nada más llegar al pesquero, me gusta buscar un charco con agua fresca preferiblemente a la sombra, donde coloco la bolsa de mejillones (generalmente una bolsa de malla) para hidratarlos.

 

El único inconveniente para mí es que ser un marisco no es un buen cebo para la lubina, aunque no es imposible, es poco probable que pesque lubina con mejillones.

 

En cuanto a los sargos, por increíble que parezca, prácticamente todos los que pesco traen la tripa llena de conchas de mejillones triturados, lo que demuestra que probablemente sea su base alimenticia.

 

Por supuesto, esto solo ocurre cuando se capturan en áreas donde las piedras están bien rellenas. Cuando el sargo es atrapado en un barco en alta mar, por ejemplo, o incluso en las Azores, es probable que no encuentre tales conchas en la tripa porque son áreas más estériles de este magnífico bivalvo. Asegúrese de probar este magnífico cebo. Estoy seguro de que no se arrepentirá.

 

 

Un abrazo.

Manuel Monteiro